En-claves del pensamiento
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, División de Humanidades y Ciencias SocialesEste texto detalla los espacios de entretenimiento donde participaron líderes delahuertistas y escobaristas durante su exilio en Estados Unidos, las décadas de 1920 y 1930. Su presencia en películas, radiodifusoras y festivales les dio eco en la prensa en inglés (principal fuente para este artículo), y a su vez ayudaron -de forma consiente o no-, a proyectar una imagen del exiliado, el veterano de la Revolución y el mexicano migrante. Los protagonistas de estos exilios trabajaron en Estados Unidos en películas, estaciones de radio, periódicos, festivales culturales, teatros y más, y aprendieron sobre la práctica. Tomando en cuenta que la mayoría regresó a México, y que algunos continuaron con dichas actividades, proponemos que los exiliados importaron un capital cultural, que repercutió en movimientos artísticos y culturales nacionales, como la época del cine de oro mexicano.

			La guerra y los cambios de gobierno que hubo en México a partir de 1910 provocaron el exilio de muchos líderes militares, políticos e intelectuales. Una de las imágenes más icónicas de Porfirio Díaz es aquella donde va a bordo sobre el tren despidiéndose de México rumbo a Veracruz, para salir a su exilio en Francia, del que nunca regresó. A partir de la salida de los porfiristas, y con cada cambio de gobierno y etapa de la Revolución, dejaron el país muchos protagonistas de aquel proceso de cambio. Algunos tuvieron un exilio breve, como Felipe Ángeles, otros uno más prolongado, como José María Maytorena, y unos más partieron para morir en tierras ajenas, como Pascual Orozco.

			Al iniciar el año de 1920 se había configurado un mapa del exilio mexicano en Estados Unidos. Es decir, era posible identificar los principales puntos a los cuales llegaron los exiliados y los bandos a los que pertenecían. Texas fue el principal destino de los exiliados de la década de 1910, particularmente, la ciudad de San Antonio. Esta población era atractiva porque irradiaba cultura mexicana: tenía una comunidad mexicoamericana consolidada, cercanía con la frontera y era un bastión de conspiraciones contra el gobierno mexicano.

			

				

				

					
Al suroeste, California era recordatorio del magonismo, ya que ahí fueron encarcelados los miembros del Partido Liberal Mexicano. Además, desde ahí los magonistas coordinaron movimientos sindicales en México, y lanzaron la ofensiva militar que marchó sobre Tijuana y Ensenada.

			

				

				

					
Así se configuraba el mapa del exilio mexicano en la frontera de Estados Unidos cuando estalló la rebelión del Plan de Agua Prieta. Ante la debacle y asesinato de Venustiano Carranza, era natural que los carrancistas fueran la nueva ola de exiliados, pero, por el hecho de que Carranza tuvo pocos defensores, combinado con la actitud conciliadora del nuevo gobierno, la ola de exiliados carrancistas no fue tan significativa. A muchos defensores de Carranza pudieron permanecer en México, el final del primer jefe permitió el regreso de exiliados villistas como Manuel Chao y magonistas como Enrique Flores Magón, y además la reinserción al ejército de huertistas como Juan Andrew Almazán y Luis Medina.

			

				

				Lomnitz menciona que la entrada de Álvaro Obregón a la presidencia cambió el panorama para los magonistas, pues el nuevo gobierno se acercó a los sindicatos y estos a su vez le pidieron que exigiera la liberación de los magonistas apresados en Estados Unidos. Parecía inminente la liberación de Ricardo Flores Magón, entre otros, y su regreso a México cuando lo sorprendió la muerte (
Tres años después del triunfo del Plan de Agua Prieta, estalló una nueva rebelión que provocó la ola de exiliados delahuertistas, uno de los dos grupos que abordamos en este texto. En diciembre de 1923, después de meses de tensiones, el expresidente Adolfo de la Huerta rompió con el régimen y, a través de su
Aunque los combates militares más importantes sucedieron en un trimestre, la contienda no acabó del todo, pues muchos delahuertistas permanecieron atrincherados o cambiaron a la táctica de guerra de guerrillas. Por eso, meses después ocurrieron sucesos consecuentes con el delahuertismo, como la captura y fusilamiento del general Salvador Alvarado en junio de ese año. Al igual que Alvarado, destacados delahuertistas murieron frente al paredón o vieron el final de sus vidas en el campo de batalla, como Manuel M. Diéguez, Fortunato Maycotte, Carlos Green, Rafael Buelna, Fermín Carpio, Marcial Cavazos, Manuel Chao, entre otros generales y oficiales. Los que se salvaron de la muerte cruzaron las fronteras. Los delahuertistas más destacados en el exilio fueron el mismo Adolfo de la Huerta, los exministros ya mencionados, Alfonso de la Huerta (hermano de Adolfo), Roque Estrada (hermano de Enrique), Cándido Aguilar (a quien en este texto asumiremos como delahuertista por unirse al levantamiento), Jorge Prieto Laurens, Aurelio Sepúlveda, Guadalupe Sánchez, Luis Matus, Francisco Coss, Ramón B. Arnaíz y Martín Luis Guzmán, aunque este último se refugió en España.

			

				

				Para los generales derrotados y capturados, lo más frecuente era el paredón. Fueron excepcionales los casos de generales detenidos y enviados a prisión, como pasó con Francisco Figueroa Mata, enviado a la prisión militar de Santiago Tlatelolco, donde permaneció hasta 1925;
Cinco años después de la derrota del delahuertismo, líderes que defendieron al gobierno en esa coyuntura protagonizaron su propia rebelión en 1929, conocida como rebelión escobarista, pero ellos la denominaron 'revolución renovadora'. El
El escobarismo también tuvo duración trimestral, pero -a diferencia del delahuertismo- se nutrió de obregonistas. También difirieron en zonas de influencia: el delahuertismo tuvo auge en el sureste, y el escobarismo en el noroeste. La conclusión de esta rebelión fue mucho más determinante, no quedaron reductos y líderes atrincherados para ser capturados meses después. Por su ubicación geográfica, los escobaristas tuvieron mayor facilidad para cruzar la frontera y ponerse a salvo, como lo hicieron los hermanos Fausto y Ricardo Topete, Aurelio Manrique, Francisco Bórquez, Francisco L. Urquizo, Roberto Cruz, Ramón F. Iturbe, Francisco R. Manzo, Francisco Urbalejo, Marcelo Caraveo, Alejo Bay, entre otros, incluido Escobar.

			La rebelión escobarista ha sido objeto de pocos trabajos e interpretaciones históricas. Los textos más importantes para conocimiento del suceso son las crónicas de los protagonistas, como Antonio I. Villarreal,

			

				

				

					
Ambos casos, delahuertista y escobarista, además de ser violentas purgas en el ejército y gobierno, produjeron destacados oleajes de exiliados y la principal materia de esta investigación. Al cruzar la frontera se transformaron, perdieron las estrellas y galones dorados que portaban con orgullo en los hombros, dejaron de ser militares, gobernadores, diputados, comerciantes o hacendados. Muchos iniciaron carreras desde cero, otros recordaron lo que hacían antes de la Revolución y retomaron la profesión. Y para sorpresa del historiador, muchos se dedicaron al mundo del entretenimiento, algunos lo hicieron para sobrevivir, otros como un medio para mantener su liderato, sostenerse como figuras públicas o reivindicar a las comunidades mexicanas en Estados Unidos.

		Los informes de las agencias de seguridad (mexicanas y estadunidenses), son la primera fuente a la que los historiadores acuden para estudiar el exilio mexicano en el país del norte. Pero cuando pretendemos conocer su cotidianidad, estos informes pierden relevancia, dejan de ser la primicia. Ambos gobiernos tuvieron desinterés en registrar dónde trabajaron y socializaron los exiliados, a qué se dedicaban sus familiares, entre otros temas que los agentes consideraron banales. Si la información no se vinculaba con seguridad nacional o violación de leyes, no se registraba, pues de hacerlo sin fundamento implicaba una invasión a la vida privada. Por lo tanto, las agencias dieron seguimiento sólo a las actividades militares, propagandísticas y/o políticas.

			Para conocer el día a día de estos personajes, el historiador debe recurrir a dos fuentes alternativas. La primera son los mismos exiliados. Muchos escribieron autobiografías o crónicas de sus andanzas.

			

				

				La literatura de la Revolución mexicana produjo una amplia gama de escritores, desde novelistas consagrados como Mariano Azuela, Martín Luis Guzmán y Rafael F. Muñoz, hasta cronistas como Pedro J. Almada, Francisco L. Urquizo y Juan de Dios Bojórquez. Además, muchos revolucionarios escribieron autobiografías, como Abelardo L. Rodríguez, Álvaro Obregón, Gonzalo N. Santos, entre otros.

			11 Entre los delahuertistas destacan los textos de Adolfo de la Huerta,

			

				

				

					
La segunda fuente a la que acudimos, y más importante, es la prensa. Los diarios anglosajones de mayor circulación nacional escribieron sobre la vida de los exiliados (lo mismo la prensa francocanadiense). La vida de estos guerreros derrotados fue noticia; los lectores querían saber sobre su pasado, sus acciones en la Revolución y su vida en Estados Unidos. Los reporteros le dieron importancia a las historias de los exiliados que tuvieron problemas legales, como Enrique Estrada, pero también registraron a los que se destacaron en actividades de entretenimiento. Y además de sus conflictos legales y vida laboral, los diarios registraron la vida social, los problemas intrafamiliares, su presencia en espacios públicos, sus conflictos con otros ciudadanos y todo el
En esta palabra radica la relevancia de las fuentes periodísticas:
Por dar un ejemplo de lo mencionado, el general Manzo recibió una patada de una mula durante la faena, se repuso y continuó el trabajo sin trascendencia. De ocurrirle esto a cualquier otro trabajador, es poco probable que se registrara en los diarios, pero como le ocurrió a un general exiliado, retratado como un nuevo y pintoresco vecino de Tucson, la historia apareció en las páginas del
Las vidas públicas y privadas de los exiliados eran de gran interés para los lectores. Los periódicos publicaron experiencias exitosas e inspiradoras, como la de Roberto Guzmán Esparza, que pasó de secretario a protagonista en óperas, películas y teatro.

			

				

				Guzmán,
Cuando los magonistas llegaron a California en 1906, lo hicieron para establecerse en un lugar discreto. Pero cuando los delahuertistas y escobaristas llegaron, a partir de 1924 y 1929, la situación era distinta. En Los Ángeles se había consolidado el Hollywood multilingüe (que comentamos en párrafos posteriores), caracterizado por una amplia presencia de trabajadores foráneos en las producciones cinematográficas. Era una ciudad 'fuera del mapa', un espacio que se concebía como único, con dinámicas que lo hacía extraño incluso para los migrantes de otras partes de Estados Unidos. En este contexto, los exiliados participaron en espacios de entretenimiento y fueron objeto del periodismo cinematográfico, que daba sus primeros pasos y escribía las historias de los actores, escritores, guionistas, trabajadores y prácticamente todo personaje involucrado con el mundo del entretenimiento.

			

				

				

					
Al participar en estos espacios de entretenimiento, los exiliados, sobre todo los que vivieron en California, se unieron a un negocio que algunos intelectuales mexicanos veían como el arma del imperialismo cultural, el enemigo de 'lo mexicano'.

			

				

				

					
A pesar de lo anterior, los casos delahuertistas y escobaristas que describimos en los siguientes párrafos, fueron lo opuesto al exiliado caído en desgracia. En lugar de terminar en depresión, desprestigio, pobreza, prisión o suicidio, se adaptaron a su entorno. Fueron como el exiliado que describe Cristina Urrutia, que exploran 'el mundo nuevo lleno de creatividad que los estimula a sobresalir en la patria adoptiva. Muchos anhelan el regreso, pero lo sustituyen con un acelerado impulso por sobresalir en sus nuevos destinos'.

			

				

				Urrutia,
Los exiliados se dedicaron a todo e hicieron lo que fuera necesario para subsistir. Al revisar las actividades de las que vivieron, encontramos que delahuertistas y escobaristas emplearon su fuerza de trabajo en una heterogeneidad de labores, que van desde vender dulces en las calles, hasta ganar dinero especulando en la bolsa de valores. Su condición política no significó diferencia alguna, es decir, los empleos que obtuvieron no fueron determinados por su origen delahuertista o escobarista. Fueron más importantes factores como el nivel educativo, la condición civil o militar y la procedencia rural o citadina. La mayoría experimentó la misma condición que muchos migrantes: vivir al día sin saber cuándo conseguirían un ingreso estable.

				Fueron afortunados los que sólo se dedicaron a una actividad, la mayoría hizo múltiples intentos en su '
Resulta interesante -y un tanto inesperado-, pero uno de los campos laborales en los que más participaron fue el entretenimiento, aunque pocos pudieron mantenerse enteramente de eso, y más específicamente, la industria del cine. Originalmente, el plan de Adolfo de la Huerta era viajar a Estados Unidos para gestionar recursos de guerra, y penetrar en territorio mexicano por la frontera norte, concretamente Sonora, donde el guaymense pretendía sublevar a los yaquis y unirlos a su levantamiento.

			

				

				Huerta,
De la Huerta se quedó varado en el oeste estadunidense. Tenía cerca la frontera, pero le faltaron recursos bélicos y humanos. Luego de algunos problemas legales por su insistencia en invadir México, pausó el plan y buscó de qué vivir.

			

				

				De la Huerta fue llevado a juicio por violar las leyes de neutralidad, luego de que lo vincularon con un tráfico de armas de Tucson a Sonora. Se salvó en la corte y fue absuelto, pero según el historiador Pedro Castro, fue el último episodio de actividad política del guaymense, y a partir de entonces se dedicó sólo a la vida privada;
Según algunos críticos, los estudiantes de Adolfo de la Huerta alcanzaban las notas más altas posibles.

			

				

				'Oregon prof. raises ante De la Huerta',
La fama permitió que el guaymense pudiera salir del aula de vez en cuando y competir con sus estudiantes en el mundo del espectáculo. De hecho, antes de establecerse definitivamente en California, durante una breve estancia en New York incursionó en Broadway y trabajó para la compañía de teatro John Franklin Music Co.

			

				

				Carta de Adolfo de la Huerta dirigida a 'Carlos', 16 de agosto de 1926; Fideicomiso Archivo Plutarco Elías Calles-Fernando Torreblanca, fondo Adolfo de la Huerta, serie 06, carpeta 'Carlos'.

			33 Ya como maestro consagrado, en ocasiones logró colarse a producciones como 'Aida', Pagliacci', 'La Boheme' y otros clásicos de ópera italiana.

			

				

				'De la Huerta Awaits Cue for Revolt',
El líder fue un ancla para que otros delahuertistas entraran al mundo del espectáculo. Como mencionamos con anterioridad, la llegada de los delahuertistas a California no fue para esconderse (como pretendían los magonistas veinte años antes). De la Huerta, primero llegó al oeste por la cercanía con Sonora, y se instaló definitivamente en Los Ángeles porque sabía de canto y la ciudad le permitía explotar ese conocimiento, y con él llegaron sus seguidores. Al cruzar la frontera, algunos delahuertistas desamparados acudieron a él en búsqueda de ayuda y el líder hizo lo que pudo por ellos.

				Guzmán Esparza narra que toda la familia De la Huerta Oriol (matrimonio y dos hijos), tuvo una actitud responsable y solidaria con los exiliados que llegaron con hambre al 4032 de la calle Monroe, en Los Ángeles, residencia de la familia.

			

				

				'Voice Film Gives Exile a Vocation',
De la Huerta no se limitó a estas acciones altruistas, con sus contactos les buscó empleos a sus seguidores. Es célebre la historia de Emilio 'El Indio' Fernández, quien participó en el delahuertismo y escapó al exilio. Se estableció en Los Ángeles porque ahí estaba De la Huerta, quien lo alentó a conseguir trabajos en producciones de cine y aprender cómo se realizaban las películas. En ese periodo, supuestamente, Fernández posó para ser el modelo de los premios de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences, popularmente conocidos como premios Oscar.

			

				

				Este dato no está documentado y es aún objeto de debate. Por lo anterior, el periodista Jon C. Hollywood lo omitió en la biografía de Emilio Fernández que publicó en
La relación de los exiliados mexicanos y la industria del cine ha sido poco estudiada. Pero historias como la de Emilio Fernández sugieren que Hollywood fue una constante opción de trabajo para exiliados en California, así fueran provenientes de México u otra parte del mundo. Otra conexión célebre entre los exiliados y el séptimo arte fue la actriz duranguense Dolores del Río, quien durante la década de 1920 consolidó su carrera en el cine mudo. Considerada la primera diva latina de Hollywood, como residente mexicana en Los Ángeles mantuvo conexión con la comunidad hispana. Por su cercanía con los exiliados, incluso se sospechó que fue partícipe de un intento de golpe de estado.

				Cuando el general Enrique Estrada (delahuertista) fue arrestado en San Diego en 1926, por preparar una incursión armada a México, se le fijó una fianza de $20,000 dólares y la pagó inmediatamente.

			

				

				Reporte del agente J. G. Findlay, Bureau of Investigations, 24 de agosto de 1926; CPNARA, RG60, box 1, stack 230, row 15, shelf 06, file 71-1-3, sec 1, 24/ago/1926.

			41 Una de las especulaciones del origen del dinero fue que Dolores del Río se lo había prestado, aunque nunca se comprobó ni se explicó la naturaleza de la relación entre ambos.

			

				

				

					
Muchos exiliados probaron suerte en producciones cinematográficas, no saber actuar o no saber inglés no fueron limitantes, una apariencia peculiar podía ser suficiente, como lo comprobó Aurelio Manrique. Gobernador de San Luis Potosí en el cuatrienio 1923-1927, después fue diputado y como tal se unió a la rebelión escobarista en 1929. Llegó al exilio fichado como uno de los líderes del Partido Nacional Agrarista, la principal base partidista de Álvaro Obregón. Manrique pronto se hizo de renombre, pues eran un personaje interesante, atractivo, un intelectual de alto calibre y poliglota.

			

				

				Informe sobre situación política en México, redactado por el agregado militar de la embajada de EUA en México el 23 de abril de 1925;
Según algunos diarios, por su 'magnífica barba' y apariencia peculiar, Manrique consiguió papeles en Hollywood, siempre como extra,

			

				

				'Mexican Exile is Allowed to Return',
En la ya mencionada película
El sonorense Julián S. González fue un caso único, pues trabajó como escritor. Periodista y alcalde de Cananea, fue uno de los firmantes del Plan de Agua Prieta en 1920. Luego se le eligió diputado federal por Sonora, pero rompió con el régimen para unirse al delahuertismo. Desde joven fue un hombre de letras y llegó al exilio como autor publicado, pues en 1918 vio la luz su libro de poesía
Los aportes de Julián S. González han sido poco estudiados, a pesar de que fue uno de los dos primeros escritores latinoamericanos que trabajaron en Hollywood y aportaron visiones distintas.

			

				

				El otro fue Carlos Noriega Hope, también mexicano, pero no exiliado.

			52 Las narrativas de González introdujeron al cine hollywoodense elementos de las subculturas hispanas latinoamericanas y migrantes, así como formas de narración antimperialistas, e intentó reformular la imagen del
En el Hollywood de estas décadas, había una importante población migrante en las producciones y salas de cine.

			

				

				Esta idea concuerda con las posturas del ídolo Charlie Chaplin, quien insistía en que el cine sonoro le quitaría la universalidad a las salas y el negocio del cine.

			55 Y el fenómeno no sólo ocurrió con los mexicanos. Una nota periodística apuntaba que Los Ángeles era 'el cielo para los exiliados', pues se calculaba que en Hollywood trabajaban alrededor de 3,000 rusos blancos, ucranianos, polacos, peruanos y panameños. Para el caso mexicano no se tenía una estimación, pero se decía que la mayoría eran exiliados enemigos del gobierno mexicano, razón por la que, supuestamente, se modificó la gira de Pascual Ortiz Rubio un año antes para que no visitara las ciudades al sur de California.

			

				

				'Los Angeles is Heaven for Exiles',
Por el elevado número de hispanos, el mercado cinematográfico lucía tan atractivo que el general Francisco R. Manzo (exiliado escobarista), hizo públicas sus intenciones de fundar una casa cinematográfica en San Diego, orientada únicamente al público hispano.

			

				

				'U.S. Lures Fallen Mexican Leaders'; el intento no fue fructífero, al poco tiempo Manzo reubicó su exilio en el sur de Arizona y regresó a lo que sabía hacer: administrar un rancho.

			57 Esto quizás suena un tanto descabellado, pero se aclara cuando comprendemos que Hollywood operaba en varios idiomas, y el español era el segundo en prioridad. Antes de la existencia del doblaje, las películas se hacían en varios idiomas mediante alguno de estos tres formatos: 1) las escenas se filmaban varias veces, en diferentes idiomas, lo que requería actores políglotas; 2) el mismo director, rodaba con actores anglosajones, luego los retiraba e introducía actores hispanos; 3) la producción era totalmente distinta, director y actores, y con el guion de una película en inglés, se traducía y se filmaba su versión en español.

			

				

				

					
Guzmán Esparza y Aurelio Manrique aparecieron en
El trabajo en Hollywood no era una buena fuente de ingresos. Guzmán Esparza menciona que, aunque muchos actores consagrados parecían ganar cifras estratosféricas, realmente no era así y mucho de lo que presumían (mansiones, obras de arte, carros, etc.), eran producto de préstamos o propiedad de las compañías cinematográficas.

			

				

				Guzmán Esparza,
Por ser exiliados, los diarios le daban interés a su participación en películas, a pesar de que su papel fuera minúsculo. En muchas ocasiones, la noticia era de un tono patético o triste: 'presidentes mexicanos y extras de Hollywood ¡vienen en el mismo molde! Los infortunios de las guerras de la vida real, compartidos por muchos exlíderes mexicanos, fueron revelados durante la filmación de una batalla en la nueva producción musical de Paramount'.

			

				

				'Mexican exiles are films extras',
El exiliado que se destacó más en el mundo del entretenimiento fue Roberto Guzmán Esparza. La participación de este poblano en la Revolución fue mínima, no perteneció a ningún ejército o facción sino hasta diciembre de 1923, aunque su padre participó en el maderismo, así que no era del todo ajeno a los movimientos revolucionarios. Cuando Guzmán Esparza escuchó que De la Huerta se rebeló, viajó a Veracruz para ponerse a las órdenes del sonorense. En el puerto jarocho conoció a Manuel Álvarez del Castillo, quien a su vez lo presentó ante De la Huerta. Por ser bilingüe, el guaymense lo nombró secretario personal para que le ayudara a comunicarse con sus contactos en Estados Unidos. Por la misma razón, cuando De la Huerta decidió salir a New York le pidió que lo acompañara.

			

				

				Guzmán Esparza,
Con la decisión de quedarse del otro lado, un día De la Huerta le dijo a Guzmán Esparza: 'Te daré un arma para que la uses en el exilio', frase que después fue citada en los diarios.

			

				

				'Adolfo de la Huerta, Mexican Exile, Fires New Revolution in Real of Vocal Music Artistry',
La carrera de Guzmán Esparza evolucionó y rápido se dio a conocer como cantante de óperas y zarzuelas. Se movió por toda clase de circuitos en los que se pagara por una buena voz. Además de los clubes nocturnos, fue contratado para amenizar reuniones de índole social, político o religioso. Por ejemplo, cantó en la reunión anual del Club de Masones de la ciudad de Los Ángeles en 1927.

			

				

				'Masonic club to be entertained at noon meeting',
Pero el cine fue lo que lo expuso mejor y le aseguró ofertas de trabajo durante el resto de su exilio. Consiguió un contrato con la productora Warner Bros y participó en varios largometrajes de lengua hispana. Compartió créditos de director en
Distinto a otros exiliados, Guzmán Esparza probó suerte en el cine anglosajón. Esta oportunidad lo pudo catapultar a un nivel de éxito inigualable para un mexicano, pero resultó demasiado exigente para adaptarse a los gajes del oficio. Hollywood siempre ha realizado representaciones poco realistas, por no decir erróneas, de grupos étnicos y extranjeros ajenos a la sociedad anglosajona. Guzmán Esparza no toleró esto durante la filmación de
Esta experiencia de Guzmán Esparza es un ejemplo de por qué intelectuales en México desdeñaban al cine hollywoodense: la mala representación de 'lo mexicano'. El cine estadunidense demostró su preocupación por este problema, atendió reclamos de autoridades mexicanas que pidieron se dejaran de reproducir estereotipos e imágenes ofensivas para México, y se creó un 'plan de integración vertical', que consistió en mejorar la comunicación entre las producciones y el gusto hispano.

			

				

				Borge,
Guzmán Esparza logró colarse a esta aventura épica, filmada en los estudios Warner Bros y en las dunas desérticas del Imperial County, cerca de Calexico. El exiliado comenzó a usar la inicial de su segundo apellido después del primer nombre, como se acostumbraba, así que aparece en los créditos como Roberto E. Guzmán. Interpretó a Sid El Kar, un rebelde del norte de África y brazo derecho del personaje principal. Era un importante papel, con suficiente diálogo y un solo en una canción.

			El exiliado recibió buenas críticas por su interpretación. A partir de entonces
En la carrera de Roberto E. Guzmán se utilizó la imagen del revolucionario/actor para atraer al público. Al anunciarse un programa de radio, opera o película con este delahuertista como protagonista, los diarios y productores no desaprovechaban mencionar que actuó en
Como mencionamos con anterioridad, la llegada de los exiliados a California coincidió con el nacimiento del periodismo del espectáculo. Fue la década de 1920 cuando aparecieron publicaciones como
Era llamativo el caso de un veterano revolucionario venido a cantante o actor. Algunas carreras se cimentaron con esta historia y actores hispanos incluso se inventaron antecedentes revolucionarios, como pasó con Leo Carrillo. Su nombre completo era Leopoldo Antonio Carillo, nació en Los Ángeles en 1881 y no era descendiente de mexicanos, sino de españoles, que además pertenecían a una familia acomodada: su bisabuelo fue el primer gobernador provisional de California y su padre había sido alcalde de Santa Mónica.

			

				

				Leo Carrillo.
Cualquier estadunidense que leyera sobre Leo Carrillo en la prensa, y tuviera poco conocimiento de la revolución mexicana, pensaría que aquel era un exiliado más en el mundo del espectáculo. Leo Carrillo es un ejemplo de cómo se usó la identidad del ex revolucionario. Los productores de
La imagen del revolucionario exiliado venido a estrella de Hollywood se usó cuando el antecedente era real, como en el caso de Roberto E. Guzmán, pero también cuando era falso, como en la biografía de Leo Carrillo. Antes de los dos estuvo Raoul Walsh, neoyorkino que a la postre se convirtió en una de las leyendas del cine. Walsh inició su carrera cinematográfica en la revolución mexicana, en la película
Al regresar a México, Roberto E. Guzmán se sumó al movimiento cinematográfico mexicano, colaboró en películas hasta la década de 1970.

			

				

				En México, Guzmán Esparza dirigió
No todo fue la gran pantalla. Algunos exiliados participaron en otros espacios de entretenimiento que estaban fuera del control de las casas cinematográficas, precisamente, por no tratarse de cine. Los diarios, editoriales de libros, programas de radio, eventos deportivos, teatro, rodeo, exposiciones agropecuarias, eventos cívicos, festivales culturales y fiestas tradicionales, eran opciones de ocio para toda la familia. Fueron la excepción aquellos que se asentaron en California, se dedicaron al entretenimiento, pero no tuvieron actividad en el cine, como ocurrió con el general Ramón B. Arnaíz.

			Durante el delahuertismo, Arnaíz era oficial del trigésimo regimiento de Aguascalientes bajo el mando de Carlos A. Vidal. Su superior se mantuvo fiel al gobierno, así que lo arrestó y lo despojó del mando. Se hizo del dinero de la localidad, reclutó hombres, preparó recursos para la guerra y marchó rumbo a Jalisco. A Vidal le perdonó la vida y lo entregó al ejército mexicano, en San Luis Potosí.

			

				

				

					
En California se mantuvo cómplice de Estrada y lo ayudó en un intento de incursión armada a México (mencionado con anterioridad). Fueron arrestados antes de cruzar la frontera, Estrada recibió una sentencia de 21 meses y Arnaíz purgó condena de 16.

			

				

				Informe del Samuel W. McNabb, fiscal del distrito sur de California, Departamento de Justicia, 1 de marzo de 1927, Washington D.C.;
Ramón B. Arnaíz era bien conocido en la comunidad hispano-artística de California, algunos diarios lo identificaron como un destacado representante del 'Movimiento de Teatro Mexicano' que hubo en Los Ángeles.

			

				

				'Former Mexican Chief Train Voices',
Arnaíz consiguió trabajo en un programa de la radiodifusora KMTR. El contenido era música, cultura, idioma, anécdotas y tradiciones mexicanas, así que era un programa dirigido a los migrantes hispanos en general, y a los mexicanos en particular. A la par, creó y dirigió la organización Beneficencia Mexicana, con la que brindó refugio, cuidado médico y asistencia a migrantes. Para subsanar esa empresa filantrópica, Arnaíz organizó eventos culturales, concursos musicales y espectáculos en los que cazaba talentos para su programa de radio. Fue en uno de esos eventos donde reclutó a las Hermanas Padilla, Margarita y María, quienes a la postre se volvieron un referente de la ascendente cultura chicana de California. Podría decirse que las Padilla eran exiliadas como Arnaíz, pues la familia migró a California para refugiarse de la violencia desencadenada por la guerra cristera.

			

				

				

					
Cuando se abrió la posibilidad de regresar a México, Arnaíz era uno de los más populares exiliados políticos y le iba bien en California, por lo que declaró que no tenía prisa en volver.

			

				

				'Many Exiles May go Home',
Pocos probaron suerte en el mundo de los deportes. Cándido era un indígena yaqui que participó en la rebelión de 1924, se exilió, se instaló en New York y de costa a costa mantuvo una relación epistolar con Adolfo de la Huerta, quien se refería a él únicamente por su primer nombre o por el apodo 'el yaqui'. 
			 
				 
				Es posible que esta informalidad en el nombre fuera consecuencia de la clandestinidad en la que vivieron algunos exiliados. Muchos temían ser capturados y deportados a México, por lo tanto, usaron seudónimos y estuvieron en un constante cambio de residencia. Incluso De la Huerta estuvo en esta situación al inicio de su exilio. 
			99 El exiliado relató que estuvo en prisión (posiblemente por su participación en la rebelión), donde aprendió pugilismo, así que al llegar a New York vivió del boxeo un tiempo. Pero el público perdió interés, según él, porque a los estadunidenses no les atraían las peleas de pesos ligeros. Ante su fracaso en el ring, pidió cartas de recomendación a De la Huerta para conseguir trabajo en el puerto neoyorkino en labores de taquigrafía, traducciones, entre otras. 
			 
				 
				Correspondencia de 'El yaqui Cándido' con Adolfo de la Huerta, mayo-junio de 1927; Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles-Fernando Torreblanca, fondo Adolfo de la Huerta, serie 6. 
			100 
			

			El general Mariano Montero Villar también se instaló en la gran manzana, no probó suerte en el boxeo, ni fue cantante, actor o músico, pero sí promotor de entretenimiento. Su trayectoria venía desde el maderismo: estuvo en las fuerzas de Emilio Madero, luego participó en la rebelión de Pascual Orozco y peleó a favor de la Convención de Aguas Calientes. Perteneció a un grupo de políticos identificados como zapatistas, que en 1921 ingresaron al Congreso de la Unión (entre otros, Antonio Díaz Soto y Gama, Leopoldo Reynoso y Francisco de la Torre). Se unió al delahuertismo bajo el mando de Guadalupe Sánchez, después fue jefe del estado mayor de Salvador Alvarado, Cándido Aguilar y Alfonso de la Huerta. Se exilió en New York, donde se manifestó a favor del escobarismo en 1929 y fungió como su representante en la ciudad de los rascacielos.

			

				

				
En la escena del entretenimiento neoyorkino, anualmente el Folk Festival Council organizaba un festival cultural como parte del Plan de Cinco Años, que pretendía difundir la cultura de las colonias extranjeras en la ciudad. El evento se realizaba en el teatro Guild Theatre (hoy llamado August Wilson Theatre), en el corazón de Manhattan. Mariano Montero era el contacto mexicano del Folk Festival Council, y gracias a él, México fue el único país hispano con representación en el evento. Consiguió artistas mexicanos, profesionales y amateurs, que desfilaron de charros y chinas poblanas, danzaron y lucieron vestimentas típicas de sus pueblos originarios e interpretaron canciones como 'Las Mañanitas' y 'Cielito Lindo'. Esta comunidad de artistas extendió reconocimiento a Montero, 'connotado miembro de la colonia mexicana en Nueva York' por ser mecenas del arte y cultura mexicana en la costa este de Estados Unidos.

			

				

				'México hace demostración de fuerza artística en Gotham',
Aunque reconocido en el circuito artístico, Mariano Montero Villar no vivió del
Y entre la costa este y oeste, en las acaloradas, extensas y polvorientas llanuras desérticas de Arizona, se destacó como estrella de rodeo uno de los exiliados más conocidos del escobarismo: el general Roberto Cruz Díaz. Aunque nacido en el estado de Chihuahua, se le identificó como sonorense e incluso como yaqui, pues desde pequeño migró a Tórim (poblado yaqui al sur de Sonora), donde creció y aprendió cahíta (lengua de la etnia). Como alcalde de la localidad desconoció a Victoriano Huerta, así que fue encarcelado en Guaymas. Escapó, regresó a Tórim y formó la compañía 'Voluntarios del Yaqui' (alrededor de 200 hombres). Luego combatió al villismo y se unió a la rebelión del Plan de Agua Prieta en 1920. Su combate a los delahuertistas, en 1924, le valió el ascenso al grado de general de brigada. Fue jefe de la policía capitalina en 1927, así que investigó el atentado de ese año en contra de Álvaro Obregón. Sus pesquisas dieron con el arresto del padre Miguel Agustín Pro, y otros cómplices, a quienes fusiló sin juicio. Era jefe militar de Michoacán en 1929 cuando, como obregonista recalcitrante, se unió a la rebelión escobarista.

			

				

				
La trayectoria de Roberto Cruz -en especial sus acciones en la década de 1920-, lo hicieron un personaje conocido en Estados Unidos al momento de exiliarse. Para gusto del general, la prensa anglosajona lo trató muy bien. Cruz se quejó toda su vida de que el fusilamiento del padre Pro le ganó los motes de 'troglodita' y 'primitivo'.

			

				

				

					
Su buena reputación se explica, entre otras razones, por su manera de rendirse durante el escobarismo y cómo dejó México. En su marcha a la frontera algunos escobaristas saquearon poblaciones, bancos, cajas de gobiernos municipales o negocios. Dos casos fueron Gonzalo Escobar, acusado de robarse los fondos del Banco de La Laguna,

			

				

				'Warrant put for General Escobar',
Ésa no fue la conducta del general Roberto Cruz. Un artículo publicado en Arizona lo ensalzó como el único héroe de la rebelión escobarista pues, aunque derrotado, optó por atrincherarse en las montañas (en algún punto del sur de Sonora y norte de Sinaloa), y negociar su rendición con la prioridad del bienestar de sus hombres.

			

				

				'The Only Hero of the Revolution',
Cruz fue un personaje admirado y digno representante de la comunidad hispana en Arizona, donde se conocían bien sus destrezas de charro. Era famosa su afición por la charrería, misma que casi le cuesta un enfrentamiento con Joaquín Amaro, pues mientras era jefe de la policía capitalina, pasó a visitar al general Amaro (para entonces secretario de Guerra y Marina), y fue vestido de charro a pesar de que Amaro dispuso que en su despacho todo militar debía llevar uniforme. Amaro enfureció, tomó el fuete y amenazó con golpearlo, a lo que Cruz reaccionó, llevó su mano a su revolver y le advirtió que dispararía si aquel alzaba el brazo.

			

				

				

					
Quizás el más importante en el que participó fue el festival que se realizaba en el
Subsistió de otras actividades, la ganadería principalmente y cuyo conocimiento amplió después de un breve viaje al cono sur.

			

				

				'General Cruz will Become Cattelman',
Otro exiliado que frecuentó estas fiestas y espectáculos fue el general Cándido Aguilar. Destacado revolucionario veracruzano y diputado constituyente de 1917, tuvo un exilio muy inestable. Su primera salida del país fue en 1920 por desconocer el Plan de Agua Prieta, como era de esperarse, pues estaba casado con Virginia Carranza, hija del presidente. A partir de entonces se unió a diversos movimientos insurrectos, como el del general Francisco Murguía, en 1922, fue arrestado en Estados Unidos (más de una vez) acusado de violar las leyes de neutralidad y alternó sus años de refugiado entre Estados Unidos, Guatemala y Cuba. A pesar de ser fundador del Partido de la Revolución Mexicana y líder nacional del mismo, fue arrestado y acusado de disolución social en 1944, mientras competía contra Adolfo Ruiz Cortines por la candidatura al gobierno de Veracruz.

			

				

				
De alguna manera, entre sus correrías y complots para derrocar al gobierno mexicano, Aguilar encontró tiempo para la crianza de ganado en su rancho a las afueras de San Antonio. 'Se encontraba feliz revolucionando el ganado, no el país' dijo un diario de Louisiana que publicó una imagen de Aguilar junto a un bovino con el que ganó un premio en un festival ganadero.

			

				

				'Former Mex. Revolutionist Prefers Life on Texas Rancho to More Warfare',
La participación de los exiliados en espacios de entretenimiento no se debió a sus capacidades artísticas, interpretativas o escénicas, no al menos en la mayoría de los casos. Eran políticos, hombres de negocios y militares. Algunos de ellos ni si quiera se concebían fuera de la vida castrense. Pero diferente a otras olas de exiliados, muchos delahuertistas y escobaristas hicieron de California su destino, región en la que estaba en ascenso la oferta de empleos en el mundo del entretenimiento, mal pagados y poco constantes, pero también sencillos y al alcance de cualquiera.

			Hollywood se consolidaba como el centro de la producción cinematográfica de exportación. Este crecimiento permitió que todo trabajador en el área de Los Ángeles pudiera conseguir empleo en el mundo del cine. Y ya que la ciudad angelina fue refugio de exiliados de todo el mundo, aquellos trabajaron en compañías del séptimo arte. El
Al igual que todo migrante, aprovecharon las oportunidades pasajeras que les brindó la industria del entretenimiento y la relativa fama de algunos les abrió puertas, pues las casas productoras los aprovecharon para vender sus historias y hacer publicidad. Fueron muy pocos los exiliados que entraron al mundo del espectáculo a causa de sus habilidades, como Julián S. González, cuya historia no tuvo eco en la prensa por ser guionista y no aparecer frente a la cámara. Otro que se benefició de su fama previa fue Adolfo de la Huerta. Aquellos reportajes sobre un expresidente mexicano dando clases de canto, no fueron otra cosa sino publicidad gratuita para su estudio.

			Algunas experiencias sugieren que el renombre del exiliado pudo ser el motivo de su contratación. Ricardo Topete y Aurelio Manrique son un ejemplo, pues tuvieron apariciones insignificantes en películas, pero los diarios publicaron la noticia y sus historias, lo que pudo ser una táctica para atraer al público. Y las carreras de Roberto E. Guzmán (exiliado delahuertista), Raoul Walsh (quien cabalgó con la División del Norte) y Leo Carrillo (de antecedentes revolucionarios ficticios), comprueban que a los productores les interesaba tener a un revolucionario vuelto actor y compartir su historia en la prensa. El plan comercial del cine manifiesta su interés por el mercado latinoamericano,

			

				

				Borges,
Fue distinto el caso de los exiliados fuera de Hollywood. Para ellos, su participación en el entretenimiento fue motivada por la promoción de lo mexicano y la reivindicación de las comunidades hispanas. Los generales Mariano Montero en Nueva York, Roberto Cruz en Arizona, Ramón B. Arnaíz, en California y Cándido Aguilar en Texas, se desempeñaron en distintos espacios (festivales culturales, rodeos y radio), para difundir lo mexicano, la música tradicional, vestimenta, ganadería, comida, etcétera. Algunos de ellos se consolidaron como miembros activos en las colonias mexicanas, otros, fueron entronados por la prensa desde antes de su llegada. En general, para ellos el entretenimiento fue una actividad altruista, más que una oportunidad laboral.

			De costa a costa, la presencia de los exiliados mexicanos quedó registrada en múltiples ámbitos de la vida estadunidense, incluido el entretenimiento cinematográfico, musical, teatral, radiofónico y ecuestre. Su aparición en películas, programas de radio, foros artísticos y culturales, así como el constante seguimiento de sus historias en la prensa anglosajona, indican que no se alejaron de la vida pública, todo lo opuesto, querían mantener vigente su reputación, imagen y liderato.

			Testimonios y fuentes periodísticas mencionan que muchos exiliados sentían el destierro como un castigo vergonzoso, el cual en ocasiones provocó depresión

			

				

				

					
Que se prestaran para aparecer en el ojo público, en lugar de esconderse y ser discretos, sugiere que estos delahuertistas y escobaristas se querían reivindicar. Fueron exiliados con la frente en alto, orgullosos por representar a los hispanos en el mundo del entretenimiento, a costa de las opiniones que encontraban triste o patético que un exgeneral, exgobernador o expresidente, se disfrazara, cantara o actuara para entretener al público.

		Aguirre, Nancy A. “Exile and Repatriation in the Barrios: The Great Depression in and , 1930-1932”. , 7, núm. 10 (2015): 93-108.
Borge, Jason. . Buenos Aires: Beatriz Viterbo Editora, 2005.
Borge, Jason. . New York: Routledge, 2008.
Caraveo, Marcelo. México: s.p.i., s.f.
Caraveo, Marcelo. . México: Editorial Trillas, 1992.
Castro, Pedro. . México: Universidad Autónoma Metropolitana / Siglo XXI, 1998.
Cruz, Roberto. . México: Editorial Diana, 1976.
, . México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1993.
. México: Secretaría de Educación Pública, Secretaría de la Defensa Nacional, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 2014.
González, Fernando Manuel. . México: Plaza y Valdés / Universidad Nacional Autónoma de México, 2001.
González, Julián S. . Nacozari: Imprenta de la Cia. Industrial de Nacozari, 1918.
Guzmán Esparza, Roberto. . México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2009.
Huerta Marcor, Adolfo de la. . Hermosillo: Gobierno del Estado de Sonora, 1981.
Lénárt, András. “Hispanic Hollywood. Spanish-lenguage American Films in the 1920’s and 1930’s”. , IX, núm. 2, (2013): s.p.
Lomnitz, Claudio. . México: Ediciones Era, 2016.
Loyo Camacho, Martha Beatriz. . México: Universidad Nacional Autónoma de México, Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Fondo de Cultura Económica, 2003.
Manzur Ocaña, Justo. . México: Costa-Amic, 1972.
Plascencia de la Parra, Enrique. “El exilio delahuertista”. , núm. 43 (ene-jun, 2012): 105-134.
Plascencia de la Parra, Enrique. . México: Universidad Nacional Autónoma de México / Porrúa, 1998.
Prieto Laurens, Jorge. . México: Costa-Amic Editor, 1977.
Prieto Laurens, Jorge. . México: Periódicos, Libros y Revistas, 1968.
Robles, Sonia, . Tucson: University of Arizona Press, 2019.
Scherer, Julio. . México: Fondo de Cultura Económica, 2005.
Tierney, Dolores. “Emilio Fernández in Hollywood: Mexico’s postwar inter-American Cinema, / (1946) and (1948)”, , 7, núm. 2 (2010): 81-100.
Torres Bodet, Jaime. . Madrid: Espasa Calpe, 1933.
Urquizo, Juan Manuel (coord.). . México: Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 2017.
Urrutia Martínez, Cristina. . México: Tusquets, 2008.
Villarreal, Antonio I. . México: INEHRM, 2006.
Wilkie, James, y Edna Monzón. “Jacinto Treviño. Un militar en la oposición”. En James Wilkie y Edna Monzón (editores), . México: Universidad Autónoma Metropolitana , 1995.
Young, Julia G. . New York: Oxford University Press, 2015.
National Archives for Record Administration, College Park (NARACP)
Fideicomiso Archivo Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca (FAPECFT).
Internet Movie Database (IMDb).
Newspapers.com.

					Urrutia Martínez, Cristina. . México: Tusquets, 2008.Cristina Urrutia Martínez,

					Young, Julia G. . New York: Oxford University Press, 2015.Julia G. Young,

					Lomnitz, Claudio. . México: Ediciones Era, 2016.Claudio Lomnitz,
Lomnitz menciona que la entrada de Álvaro Obregón a la presidencia cambió el panorama para los magonistas, pues el nuevo gobierno se acercó a los sindicatos y estos a su vez le pidieron que exigiera la liberación de los magonistas apresados en Estados Unidos. Parecía inminente la liberación de Ricardo Flores Magón, entre otros, y su regreso a México cuando lo sorprendió la muerte (
Conocido también como Plan de Veracruz y fechado el 7 de diciembre de 1923, el documento convoca a las armas bajo la excusa de que la presidencia de Álvaro Obregón violó la soberanía de los poderes Legislativo y Judicial, y que atentó contra la democracia al imponer a sus candidatos.

			Para los generales derrotados y capturados, lo más frecuente era el paredón. Fueron excepcionales los casos de generales detenidos y enviados a prisión, como pasó con Francisco Figueroa Mata, enviado a la prisión militar de Santiago Tlatelolco, donde permaneció hasta 1925; . México: Secretaría de Educación Pública, Secretaría de la Defensa Nacional, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 2014.
Fechado el 3 de marzo de 1929, las causas de la lucha expresadas en

					Villarreal, Antonio I. . México: INEHRM, 2006.Antonio I. Villarreal,
Entrevista realizada al señor Gilberto Valenzuela, realizada en la Ciudad de México, por Linda Hall y Ma. Alba Pastor, el día 11 de julio de 1974, consultada en la Biblioteca Ernesto de la Torre Villar del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.

			

					Wilkie, James, y Edna Monzón. “Jacinto Treviño. Un militar en la oposición”. En James Wilkie y Edna Monzón (editores), . México: Universidad Autónoma Metropolitana , 1995.James Wilkie y Edna Monzón, 'Jacinto B. Treviño. Un militar en la oposición',
La literatura de la Revolución mexicana produjo una amplia gama de escritores, desde novelistas consagrados como Mariano Azuela, Martín Luis Guzmán y Rafael F. Muñoz, hasta cronistas como Pedro J. Almada, Francisco L. Urquizo y Juan de Dios Bojórquez. Además, muchos revolucionarios escribieron autobiografías, como Abelardo L. Rodríguez, Álvaro Obregón, Gonzalo N. Santos, entre otros.

			

					Huerta Marcor, Adolfo de la. . Hermosillo: Gobierno del Estado de Sonora, 1981.Adolfo de la Huerta Marcor,

					Guzmán Esparza, Roberto. . México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2009.Roberto Guzmán Esparza,

					Prieto Laurens, Jorge. . México: Periódicos, Libros y Revistas, 1968.Jorge Prieto Laurens,

					Urquizo, Juan Manuel (coord.). . México: Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 2017.Juan Manuel Urquizo (coord.),

					Caraveo, Marcelo. . México: Editorial Trillas, 1992. Marcelo Caraveo,

					Cruz, Roberto. . México: Editorial Diana, 1976.Roberto Cruz Díaz,

					Scherer, Julio. . México: Fondo de Cultura Económica, 2005.Julio Scherer,
'General and mule contest for the over road',
Guzmán,
'Author of Hermosillo Plan makes ice cream in Mesa',

					Borge, Jason. . New York: Routledge, 2008.Jason Borge,

					Borge, Jason. . Buenos Aires: Beatriz Viterbo Editora, 2005.Jason Borge,
Urrutia,
Huerta,
De la Huerta menciona en sus memorias que se reunió en Phoenix con Francisco R. Velázquez, quien lideraría la incursión. Luego de una acalorada discusión, Velázquez arrojó una escupidera al guaymense y comenzaron los golpes. Al separarse, la incursión se suspendió, pues Velázquez era quien tenía orquestados los recursos y hombres, se hizo público el rompimiento y la operación perdió el elemento de sorpresa.

			De la Huerta fue llevado a juicio por violar las leyes de neutralidad, luego de que lo vincularon con un tráfico de armas de Tucson a Sonora. Se salvó en la corte y fue absuelto, pero según el historiador Pedro Castro, fue el último episodio de actividad política del guaymense, y a partir de entonces se dedicó sólo a la vida privada; Castro, Pedro. . México: Universidad Autónoma Metropolitana / Siglo XXI, 1998.Pedro Castro,
Guzmán Esparza,
'Controls the high C's',
'Oregon prof. raises ante De la Huerta',
'Adolfo de la Huerta, mexican exile, fires new revolution in real of vocal music artistry',
Carta de Adolfo de la Huerta dirigida a 'Carlos', 16 de agosto de 1926; Fideicomiso Archivo Plutarco Elías Calles-Fernando Torreblanca, fondo Adolfo de la Huerta, serie 06, carpeta 'Carlos'.

			'De la Huerta Awaits Cue for Revolt',
'Douglas Fairbank's Courtship of…',
Samuel Ocaña García (21 de marzo del 2016), político de Sonora y gobernador en 1979-1985, entrevista realizada por el autor del artículo en el domicilio del entrevistado. Ocaña García conoció a De la Huerta en la Ciudad de México, durante los últimos años de vida del expresidente. Al preguntarle por la voz de Adolfo de la Huerta dijo: 'tenía un vozarrón, hablaba y zumbaban las paredes y los vidrios'.

			'Voice Film Gives Exile a Vocation',
Guzmán Esparza,
Este dato no está documentado y es aún objeto de debate. Por lo anterior, el periodista Jon C. Hollywood lo omitió en la biografía de Emilio Fernández que publicó en Internet Movie Database (IMDb).Internet Movie Database (IMDb), la más extensa base de datos sobre cinematografía disponible en digital. imdb.com/name/nm0273477/bio?ref-_=nm_ov_bio_sm (consultado el 1 de marzo del 2020).

			

					Tierney, Dolores. “Emilio Fernández in Hollywood: Mexico’s postwar inter-American Cinema, / (1946) and (1948)”, , 7, núm. 2 (2010): 81-100.Dolores Tierney, 'Emilio Fernández in Hollywood: Mexico's postwar inter-American Cinema,
Reporte del agente J. G. Findlay, Bureau of Investigations, 24 de agosto de 1926; CPNARA, RG60, box 1, stack 230, row 15, shelf 06, file 71-1-3, sec 1, 24/ago/1926.

			

					Plascencia de la Parra, Enrique. “El exilio delahuertista”. , núm. 43 (ene-jun, 2012): 105-134.Enrique Plascencia, 'El exilio delahuertista',
'Del Rio-Carewe case has Echo',
Informe sobre situación política en México, redactado por el agregado militar de la embajada de EUA en México el 23 de abril de 1925; National Archives for Record Administration, College Park (NARACP)NARACP, RG 165, MID sec-class corresp 17-44, Box 1662.

			'Mexican Exile is Allowed to Return',
'Mexican Exiles are Films Extras',
'No Harm Will Come To…',
'U.S. Lures Fallen Mexican Leaders',

					González, Julián S. . Nacozari: Imprenta de la Cia. Industrial de Nacozari, 1918.González, Julián S.,
La experiencia de Julián S. González en Los Ángeles, lo hizo desarrollar un estilo literario con elementos cinematográficos, como la presentación objetiva e indirecta de los personajes, sin regresiones o introspecciones, predominio del diálogo como forma narrativa, ritmos más ascendentes y descendentes, nula literatura conceptuosa, y otros esquemas no tradicionales de la novela, por lo que a su obra se le identifica como novela 'visual' (, . México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1993.
El otro fue Carlos Noriega Hope, también mexicano, pero no exiliado.

			Borge,

					Torres Bodet, Jaime. . Madrid: Espasa Calpe, 1933.Jaime Torres Bodet,
Esta idea concuerda con las posturas del ídolo Charlie Chaplin, quien insistía en que el cine sonoro le quitaría la universalidad a las salas y el negocio del cine.

			'Los Angeles is Heaven for Exiles',
'U.S. Lures Fallen Mexican Leaders'; el intento no fue fructífero, al poco tiempo Manzo reubicó su exilio en el sur de Arizona y regresó a lo que sabía hacer: administrar un rancho.

			

					Lénárt, András. “Hispanic Hollywood. Spanish-lenguage American Films in the 1920’s and 1930’s”. , IX, núm. 2, (2013): s.p.András Lénárt, 'Hispanic Hollywood. Spanish-lenguage American Films in the 1920's and 1930's',
Guzmán Esparza,
'Mexican exiles are films extras',
'Mexican Figures in Rose of the Rancho',
Guzmán Esparza,
'Adolfo de la Huerta, Mexican Exile, Fires New Revolution in Real of Vocal Music Artistry',
Guzmán Esparza,
'Masonic club to be entertained at noon meeting',
'Between Broadcast',
'Between Broadcast',
'Fox Wilson Leads the Town!',
'Vocal Teacher Presents Opera',
'Vocal Artist will Feature Concerts for Ensuing Week',
'Pagan Love Song Lauded',
'Clay Film en Español',
Roberto Guzmán Esparza. imdb.com/name/nm0350106/bio?ref_=nm_ov_bio_sm (Consultado el 1-3-2020).

			'Imagine my Embarrassment',
'Marx Brothers Now at Colorado',
Guzmán Esparza,
Borge,
The Desert Song está disponible en YouTobe bajo el título
'Roberto Guzman to make personal appearence here',
'Famed Spanish Tenor to Appear at Fiesta',
'Pan American Student Forum Opens Friday',
'Song of the West, at the Carlonia Today',
Borge,
Leo Carrillo. imdb.com/name/nm0140504/bio?ref_=nm_ov_bio_sm (Consultado el 1-3-2020).

			'Leo Carrillo's Hobby: Mexico's Rebel Generals',
En México, Guzmán Esparza dirigió

					Plascencia de la Parra, Enrique. . México: Universidad Nacional Autónoma de México / Porrúa, 1998.Enrique Plascencia de la Parra,
Informe del agente A. A. Hopkins, Bureau of Investigation, L.A., 15 de octubre de 1926; National Archives for Record Administration, College Park (NARACP)NARACP, Departamento de Justicia RG 60, caso Enrique Estrada, exp. 64-11, caja 1, sección 1; De los casi 150 detenidos en este intento de incursión armada, 13 fueron identificados como instigadores o líderes del grupo, y fueron los que recibieron condenas más severas, entre ellos Estrada y Arnaíz.

			Informe del Samuel W. McNabb, fiscal del distrito sur de California, Departamento de Justicia, 1 de marzo de 1927, Washington D.C.; National Archives for Record Administration, College Park (NARACP)NARACP, Departamento de Justicia RG 60, caso Enrique Estrada, exp. 64-11, caja 1, sección 2.

			Jean Meyer,
'Former Mexican Chief Train Voices',
Guzmán Esparza,

					Robles, Sonia, . Tucson: University of Arizona Press, 2019.Sonia Robles,
'Many Exiles May go Home',
Robles,
Informe del agente A. A. Hopkins, Bureau of Investigation, L.A., 15 de octubre de 1926; National Archives for Record Administration, College Park (NARACP)NARACP, Departamento de Justicia RG 60, caso Enrique Estrada, exp. 64-11, caja 1, sección 1.

			Es posible que esta informalidad en el nombre fuera consecuencia de la clandestinidad en la que vivieron algunos exiliados. Muchos temían ser capturados y deportados a México, por lo tanto, usaron seudónimos y estuvieron en un constante cambio de residencia. Incluso De la Huerta estuvo en esta situación al inicio de su exilio.

			Correspondencia de 'El yaqui Cándido' con Adolfo de la Huerta, mayo-junio de 1927; Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles-Fernando Torreblanca, fondo Adolfo de la Huerta, serie 6.

			'México hace demostración de fuerza artística en Gotham',
'Author of Hermosillo Plan makes ice cream in Mesa',
'Mexican rebel general here sheathes sword to fight with pen and word',
'Foreign students',

					González, Fernando Manuel. . México: Plaza y Valdés / Universidad Nacional Autónoma de México, 2001.Fernando Manuel González,
'Exile Mexican Rebels Awaits for Pardon in Arizona',
'Licked the Gangsters',
'Get Out or Get Shot',
'Warrant put for General Escobar',
Informe de E. W. Eaton, vicecónsul de Estados Unidos en Sonora, 11 de abril de 1929; National Archives for Record Administration, College Park (NARACP)NARACP, RG 59, Central Decimal File 1910-29, stack 250, row 21, compartment 1, shelf 6; Narra E.W. Eaton, vicecónsul de Estados Unidos en Sonora, que Manzo pasaba por las poblaciones y pedía a los alcaldes recolectar de negocios locales la suma de 50,000 pesos. Para evitar represalias los alcaldes intentaban reunir el dinero, pero a sabiendas de lo que ocurría, muchos comerciantes se alejaron de las ciudades o enterraron sus ahorros.

			'The Only Hero of the Revolution',
'General Cruz Crosses to U.S.',
'U.S. Lures Fallen Mexican Leaders'.

			'Bay and Borquez, Properties Seized',

					Loyo Camacho, Martha Beatriz. . México: Universidad Nacional Autónoma de México, Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Fondo de Cultura Económica, 2003.Martha Beatriz Loyo Camacho,
'Cruz, Vaquero-General to be Featured in a Parade for Rodeo',
'General Cruz will Become Cattelman',
Por dar un ejemplo, en el cartel que anunció el festival de rodeo de Prescott (población al norte de Phoenix), aparecía el nombre de Cruz como uno de los estelares, pero también el único de ascendencia hispana ('Former General Roberto Cruz Left…',
'Mr. and Mrs. Roberto Cruz and…',

					Manzur Ocaña, Justo. . México: Costa-Amic, 1972.Justo Manzur Ocaña,
'Former Mex. Revolutionist Prefers Life on Texas Rancho to More Warfare',
'Los Angeles is Heaven for Exiles'.

			Borges,

					Aguirre, Nancy A. “Exile and Repatriation in the Barrios: The Great Depression in and , 1930-1932”. , 7, núm. 10 (2015): 93-108.Nancy A. Aguirre, 'Exile and Repatriation in the Barrios: The Great Depression in La Prensa and La Opinión, 1930-1932',
Un caso muy sonado fue el suicidio de Pedro C. Escobar, hermano del general Gonzalo Escobar, quien se quitó la vida ingiriendo veneno mientras estaba en Nogales, supuestamente, sufría de depresión por la derrota de la rebelión de 1929 y gran angustia por el paradero de su hermano, quien para entonces se encontraba desaparecido ('Brother of Escobar Succumbs at Nogales',